La Estela Raimondi es un monolito que corresponde a la época tardía de la Cultura Chavín. Se trata de una losa de granito de 1.98 m de lado por 74 cm de ancho, trabajada en plano relieve en una sola de sus caras. Es una de las más famosas lápidas de Chavín que fue llevada a Lima, en 1873, para el Palacio de la Exposición, y se convirtió en un símbolo del país. No se sabe donde estaba ubicada originalmente; cuando fue hallada, ya los pobladores de Chavín la habían trasladado al pueblo y allí la usaban para fines domésticos (como mesa de comedor y como batán). Debió estar en algún lugar del templo nuevo, pegada a alguno de sus muros, es una lápida que está hecha para enchapar paredes.
Es una pieza, en realidad, atípica. La imagen de un ser antropomorfo, parado y que sostiene unas varas o báculos en ambas manos, es muy antigua y popular en el sur de los Andes. Bien pudiera ser producto del contacto entre los pueblos de Ica y Chavín, en los tiempos iniciales de Paracas.
Se trata de un personaje cuyo aspecto es extraño. Un ser antropomorfo, con fauces de felino y garras en las manos y los pies, que sostiene unos báculos frondosos de volutas y serpientes. Encima de la cabeza, como si fuera un tocado emplumado, una sucesión de 4 personajes que pudieran ser una suerte de elaboradas imágenes de serpientes.
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